Razer Anzu: gafas conectadas con la salud como premisa
Hemos probado a fondo estas gafas multimedia para escuchar música, atender llamadas e interactuar con el asistente virtual que, además, protegen tus ojos.
Las Anzu no son las primeras gafas conectadas para escuchar música; tampoco inauguran la categoría de gafas que protegen los ojos de la luz azul. Pero sí son pioneras en unir ambas facetas junto con la de incluir un modo videojuego.
Lo primero que llama la atención del producto es su packaging, realmente cuidado. Dentro de la caja comercial hay dos más, una con las gafas propiamente dichas y otra con un segundo para de lentes. Las gafas vienen, a su vez, en una funda con acabado de símil cuero de generosas dimensiones porque, en su interior, aloja el cable de carga. Gafas y cable nunca se tocan de manera directa porque este último tiene un bolsillo propio.
El citado segundo par de lentes es especial para exteriores dado que son polarizadas con protección UVA / UVB al 99%. Sí, la marca te propone que intercambies los ‘cristales’ por tus propios medios. También se incluye en el kit un ultra suave paño de limpieza.
Diseño y construcción
Las Razer Anzu están disponibles en dos versiones, con marcos rectangulares y con marcos circulares. A su vez, cada una en dos tamaños: pequeño y grande. Hemos probado el modelo rectangular – grande.
El material de la montura es plástico y el acabado es semibrillante; las bisagras permiten abrir las patillas hasta tal punto que quedan cerca de seguir la línea de los marcos. Las patillas no permiten ningún otro ajuste más que acoplarse a la zona superior de la oreja, es decir, no son flexibles en su parte final, como tan poco lo es la zona que se adapta al puente de la nariz. Como albergan los altavoces, estas patillas tienen un tamaño anchote.
Estas gafas multimedia acreditan IPX3, es decir, resistentes a salpicaduras.
Controles
Para ponerlas en marcha solo hay que desplegar las patillas; al contrario, se apagan. Tienen auto apagado tras unos minutos sin uso.
Los controles son táctiles y están en ambas patillas. Según el tipo de toque, se controla la música (play/pausa, track siguiente/anterior) y las llamadas (responder, rechazar y finalizar). Estos mismos controles sirven para ‘llamar’ al asistente virtual del móvil asociado y para activar el modo de juego, que consiste en que se reduce la latencia. Se pueden reasignar las funciones.
Protección de los ojos
El primer enfoque de las Razer Anzu se refiere a su virtud de proteger los ojos en dos sentidos: con las lentes estándar, evitan que la luz azul que desprenden las pantallas (ordenadores, monitores, tablets, móviles…) genere fatiga visual o, sencillamente, perjudiquen la salud de los ojos. En definitiva, tienen capacidad de filtrado de la luz azul, según la compañía, hasta un 35%. Por su parte, las lentes tintadas alternativas hacen esta misma función pero, en este caso, con los rayos solares. Un detalle interesante es que también pueden integrar cristales correctores. Para tal fin, Razer ha llegado a un acuerdo con la empresa Lensable mediante el que se obtiene un 15% de descuento al encargarlas.
Multimedia
Es la segunda propiedad de las Anzu: disponen de unos micro altavoces con el fin de emitir audio en el entorno inmediato a tus orejas, atender llamadas telefónicas e interactuar con el asistente virtual que tengas en el smartphone. Se vinculan a la fuente de sonido mediante Bluetooth y también disponen de micrófonos propios.
Su dinámica de emisión del sonido es similar a la que emplean las gafas multimedia de Bose, es decir, omnidireccional.
Carga y autonomía
El sistema de carga de sus baterías es mediante un cable dedicado USB-A con dos conectores en el otro extremo, uno para cada patilla. Se adhieren mediante imán a los respectivos puertos. La app móvil asociada informa del estado de carga por separado de cada patilla. Las gafas tardan en cargarse en torno a 1,5 horas; en ese estado se pueden usar solo desde su faceta de protección ocular.
Sobre el papel, prometen un mínimo de 5 horas de uso continuo con una sola carga; el tiempo extra depende, principalmente, del volumen de audio.
Gadget opina
Tanto para casa (por aquello de los streamings gaming con el careto en el vídeo) como cuando las usas en exteriores, se agradece su estética discreta; de hecho, pasan perfectamente por unas gafas comunes. Son ligeras y ergonómicamente cómodas; hemos aguantado con ellas puestas todo un periodo de autonomía y no nos han producido ningún inconveniente. En el ajetreo diario, se sienten sólidas, tanto en general como las bisagras en concreto.
Las lentes transparentes no generan distorsiones de perspectiva y una muy leve -casi insignificante- alteración de los colores.
Tanto indoor frente a pantallas como outdoor ante un sol de justicia, las lentes hacen su trabajo a la perfección. No estamos capacitados para medir el grado de filtración de los rayos azules y solares pero, desde luego, en el primer supuesto, no hemos sentido fatiga visual alguna y, en el segundo, hemos tenido una capacidad de visualización espléndida.
El sistema de reemplazo de las lentes nos ha generado cierto ‘miedito’: cuando lo hemos hecho, siempre nos ha dejado la preocupación de que, en cualquier momento, se iba a romper la lente. No ha sucedido (tampoco lo hemos hecho múltiples veces) pero creemos que un sistema más recomendable sería mediante tornillos que puedan aflojar los marcos; por dar ideas.
La experiencia de audio es satisfactoria siempre que tengas presente lo que tienes en la cabeza. No es comparable a la que se obtiene mediante unos auriculares propiamente dichos que, sean como sean, siempre ofrecen una reducción del ruido ambiente. Si pasas de unos auriculares estándar a las Anzu con la misma sintonía, advertirás en estas ofrecen un sonido algo pobre, enlatado. Pero es que es preciso identificar el verdadero objetivo de las Anzu: que mientras escuchas cualquier tipo de audio, seas consciente de todo lo que ocurre a tu alrededor desde el punto de vista sonoro. Y, ojo, esto también está relacionado con la salud por el riesgo que supone la inmersión auditiva en la posibilidad de sufrir accidentes. Hablando de sensación de inmersión, no, las Anzu no la logran, sin embargo, sí nos ha cautivado la sensación espacial que consiguen, con una excelente dispersión (en el buen sentido) de las voces y los instrumentos. No les pidas graves que te hagan votar, pero los reproducen con cierta consistencia. Ningún tono nos ha chirriado especialmente.
Hablando de voces, cuando se trata de llamadas, se escuchan de manera magníficamente clara.
La app móvil propone tres ajustes de ecualización de audio preestablecidos. Sería deseable que se pudiera crear un perfil personalizado.
Con las Anzu en funcionamiento, ¿oyen los que te rodean lo que tú oyes? No si tienes el volumen hasta un nivel moderado; si es alto, pueden llegar a identificar la canción fácilmente aquellos que estén en torno a 1 metro de ti.
Estas gafas conectadas prometen una latencia de 60 ms con el modo Juego habilitado; espectacular. Bien es cierto que, con él deshabilitado, tampoco es que pequen de un lag grave. El modo Juego se basa en forzar al equipo y a la fuente a una conexión inalámbrica más estable. ¿Perjudica esto la autonomía o la calidad del audio? Prácticamente nada y no.
En lo que se refiere a su autonomía, siempre superan las 5 horas. Con un nivel medio bajo de volumen y siempre emparejadas a la misma fuente, alcanzan una media de 5,5 horas.
En resumen, las Razer Anzu desempeñan su doble papel de manera satisfactoria: protección de los ojos y reproducción de audio. No creemos acertado calificarlas como gafas inteligentes, sí como gafas conectadas o multimedia. Brillan por su calidad global y, sobre todo, por su versatilidad para usarlas en momentos y escenarios bien diferentes, cumpliendo con eficacia en todos ellos.
Razer Anzu: ficha técnica
- Audio: Drivers de 16 mm
- Autonomía: Más de 5 horas; 14 días en modo reposo
- Conectividad: Bluetooth 5.2
- Tamaño de las lentes: Rectangulares desde 51,8 x 38 mm; redondas desde 49,2 x 46 mm.
- Peso: Desde 43 gr
Precio: 199 dólares (precio único)