Probamos la Panasonic Lumix FT5: Una cámara de aventura

Test sin Piedad:

Panasonic Lumix FT5

La 5 da un salto cuantitativo en las FT (cámaras ‘rudas’ de Panasonic) en cuanto a registros de resistencia, y otro cualitativo al incorporar algunas prestaciones muy gadget así como porque mejora ciertos aspectos fotográficos respecto a modelos anteriores.

Según promete la ficha técnica de esta cámara Panasonic Lumix FT5, resiste hasta -100 C, caídas desde 2 m, inmersiones hasta 13 m, presión de 100 kg y ambientes ultrapolvorientos. ¿Que si hemos probado esta resistencia? Excepto su sumergibilidad extrema (sólo nos ha sido posible hasta 3 m en una piscina), las demás varias veces y con la crueldad debida. Alguna leve rozadura le queda como testigo. Tras esto, la pregunta obvia es: durante y después de estas malvadas faenas, ¿ha seguido haciendo fotos y vídeos? Sí, y los aspectos técnicamente más sensibles han funcionado correctamente. Porque uno de los detalles en los que progresa la FT5 es su conectividad inalámbrica, al incorporar WiFi y NFC. Ya conoces las posibilidades que esto brinda de cara a compartir las imágenes y vídeos en Internet y/o con otros dispositivos. Mantiene el GPS de sus predecesoras, si bien está más capacitado al estar vinculado al satélite ruso Glonass, lo que gana en precisión incluso dentro de edificios (o cuevas, según el caso).

¿Y fotográficamente?

La FT5 cuenta con 4 Mp más que la FT4, lo que tampoco es decisivo porque todos somos conscientes de que más valen 10 Mp buenos que 20 mejorables. Sus vídeos se graban ahora con sonido estéreo, logra hasta 10 fps en modo ráfaga, mantiene la avalada lente Leica con zoom 4,6x y la pantalla es 0,3” mayor y con el doble de puntos.

Sumergida, llama la atención lo detallistas y agradables que son las fotos que consigue. Por lo visto, es gracias a una inteligente comunión entre su barómetro y el balance de blancos, de tal forma que determina la profundidad y corrige los cambios de color. Fantástico.

En superficie, esta cámara brilla por su precisión tanto telemétrica como fotométrica. A medida que jugamos con los valores de sensibilidad ISO, va asomando el ruido. Hasta 400 ISO, inapreciable; a 800 ya se vislumbra, sobre todo en las zonas oscuras; a 1.600 se hace patente, pero no es razón para rechazar las imágenes; a 3.200, depende de los gustos. Su modo manual decepciona por la poca libertad que concede, dado que sólo admite elegir entre dos valores de apertura, pero el automático y P funcionan tan bien… Saturar, satura, pero lo justo a nuestro entender, mientras que su comportamiento en escenas con poca luz, tanto con flash como sin él, nos ha sorprendido por su eficiencia.

Sí, en cuanto a imagen fija, resultados muy apreciables, pero la sorpresa viene en su faceta de cámara de vídeo, con una reproducción de colores en su justa medida y un enfoque tan veloz como eficaz, aunque nos dé por jugar con el zoom y los sujetos corran como posesos. Magnífica.

Conclusión

Probada su capacidad como cámara robusta, desde el punto de vista fotográfico pocos defectos le encontramos. Si acaso, algunas imperfecciones en el modo panorama y la falta de precisión en las esquinas de ciertas imágenes. Un detalle importante es que tendrás que olvidarte de manejarla con guantes porque seguro que aciertas con el disparador, pero te retamos a que lo hagas con el botón de vídeo, el balancín de zoom o con el joystick de funciones (los tres, algo pequeños). En conjunto, el adjetivo que mejor define a esta Panasonic FT5 es “fiable”, porque su cúmulo de prestaciones de tipo ‘gadget’ (WiFi, NFC) funcionan perfectamente y porque puedes confiar con que responderá física y técnicamente tanto si estás haciendo fotos a tu pareja en el parque como si las circunstancias que te rodean son extremas. Lamento decirte que, si te gustan los riesgos, en la inversión económica que supone esta FT5 no correrás ninguno. Es una apuesta segura.

Alejandro Rodríguez