Blade V9 o cómo ser un móvil completo, bonito y, sin embargo, barato
El ZTE Blade V9 es muy atractivo, con un fantástico acabado exterior, pantalla infinita real, de rendimiento muy fluido y una cámara optimizada. Y luego viene la sorpresa: su precio.
ZTE es una marca que se caracteriza por poner en el mercado terminales con una altísima relación calidad/prestaciones/precio; lo que un castizo definiría como “duros a cuatro pesetas”, pero en este caso sin dobleces malpensadas. La empresa china ha presentado recientemente el Axon M, el primer smartphone con doble pantalla que se comercializa de manera global y con el que pretende hacer más ruido mediático y popular que insuflar vitaminas a su Excel de ventas. Desde otro punto de vista, un ejemplo de músculo ingenieril. Casi en paralelo al M, ZTE también ha lanzado el Blade V9 dentro del escalón correspondiente a su gama media.
Trasera hipnótica
El Blade V9 es de esos terminales que entra por los ojos. Apagado, destaca por su excelente construcción, muy bien ensamblado, realizado con materiales de calidad y con un tacto propio de un smartphone premium. Si el V8 al que sucede tenía el metal por bandera, el V9 apuesta por el cristal en prácticamente su totalidad. Su dorso genera una especie de ondas según reciba el impacto de la luz. Desde luego, el modelo en negro que hemos probado, hipnotiza en este detalle. ¿Cristal es sinónimo de fragilidad ante impactos? No hemos podido probarlo porque ZTE no nos lo ha permitido, pero estamos por asegurar que es otro móvil más de caída única si se precipita hacia firmes que no sean de madera, en suma, como todos los terminales que optan por el cristal.
Pantalla infinita de ratio muy elevado
Una vez que lo enciendes, adviertes que sigue la moda de la pantalla infinita, una tendencia que viene para quedarse. Su ratio en relación con la superficie frontal es del 83,9%, uno de los más elevados del mercado y superior al del icono en esta tesitura, el iPhone X (82,9%), y también en comparación con el Galaxy Note 8 (83,17%), si bien estos tienen un panel de mayor tamaño. Para que te hagas una idea real, el V9 es un 5,7 pulgadas con unas medidas de 151,4 x 70,6 x 7,5 mm. De paso, te decimos su peso: 139 gr.
Detalles técnicos
La del ZTE Blade V9 es una pantalla con resolución Full HD+ (recuerda que estamos ante un móvil de gama media) y las mencionadas 5,7” de diagonal, con formato 18:9. Se acompaña por un chip Qualcomm Snapdragon 450 octa core a 1,8 GHz, gráfica Adreno 506, 3 ó 4 GB de RAM y sistema operativo Android Oreo. En cuanto a su memoria interna, es de 32 ó 64 GB, ampliables mediante Micro SD hasta 256 GB. La batería es de 3.200 mAh e incluye sensores NFC para pagos y de huellas para desbloqueo ubicado en el dorso.
Cámaras
La principal es de tipo dual, con sendos captores de 16 y 5 Mp; el primero se ocupa de conseguir la foto en general y el segundo del fondo, para medirlo y desenfocarlo si se lo pides. El objetivo está dotado con seis lentes y sistema autofocus con tecnología PDAF 2.0, lo que, según la compañía, ofrece hasta un 40% más de rapidez en conseguir la nitidez. Y según la compañía, esta cámara trasera doble ha sido diseñada especial pero no específicamente para desenvolverse de manera solvente en ambiente poco iluminados. Como punto de partida, el sensor de 16 Mp se escuda en un objetivo con luminosidad f/1.8, lo que en teoría ayuda bastante en dicha misión. La cámara delantera, por su parte, alcanza los 8 Mp, siendo de tipo focus free y con función selfie-flash.
¿Qué tal va?
Tras muchos días de uso, aquí van nuestras conclusiones sobre el ZTE Blade V9, como es norma en Gadget, con las palabras justas y un lenguaje claro:
Construcción y acabado: El cristal le queda muy bien pero es sucio porque ‘absorbe’ las huellas y los residuos presentes en el día a día. La ergonomía y peso son excelentes. El ensamblado exterior es premium.
Pantalla: Brillante bajo techo, se desenvuelve con gran corrección bajo un Sol de justicia. El auto ajuste del brillo es rápido y diligente. Los colores nos parecen una pizca saturados. Reproduce los contrastes muy bien definidos excepto si giras el panel demasiado, manteniendo, eso sí, un excelente ángulo de visión incluso en posiciones extremas.
Rendimiento: El Snapdragon 450 es un chip de reconocida solvencia para el mercado de gama media al que se dirige este ZTE. Bien es cierto que ayudan los 3 GB de RAM (los que posee la unidad probada, recuerda que hay una versión con 4 GB), una efectiva gráfica y, sobre todo, un Android 8 Oreo casi puro. No es un móvil para juegos exigentes, pero sí para multitarea.
Autonomía: Cumple el día de funcionamiento a menos que seas un hard user de psiquiatra. Su carga rápida logra el 100% en unas 2 horas.
Cámara trasera: Si la luz es normal, enfoca con mucha rapidez y las tomas que consigue son de tipo Kodak, es decir, a los colores chillones les falta poco para salirse de la pantalla, pero el resto de tonos se muestran prudentes. El rango dinámico es bastante amplio. Cuando la escena es de baja luminosidad, el sistema se ralentiza pero el resultado es digno. De noche con la luz de las farolas o en un interior sin apenas luminosidad, los sensores sufren lo suyo y para obtener una toma aceptable, seguramente tendrás que guiar el enfoque y disparar más de una vez. Pero salen fotos aceptables. Lamentablemente, el fantástico efecto bokeh que promete la V9 no nos ha satisfecho por lo poco natural que se manifiesta. Creemos que el software que lo gestiona necesita un repaso.
Cámara frontal: Aquí viene otra sorpresa agradable, porque nos ha encantado por su rapidez, finura, adaptación a los ambientes y definición final.
Sonido: ¡Muy bueno! La verdad es que el sonido que emite un móvil no es, de momento, una de las razones principales de compra, pero se agradece que el sistema de audio rinda a gran calidad y con potencia, como lo hace el del Blade V9. Parte de culpa tiene en esto el software Dolby, que por cierto, te invita a ecualizar los valores.
Otros detalles: El ZTE Blade V9 te propone el manejo de algunas funciones mediante gestos. Por ejemplo, activar la linterna si lo agitas, posponer unos minutos la alarma o encender la pantalla con dos toques sobre ella cuando está apagada. A esta última función le hace falta un poco de diligencia en la respuesta.
Desde 269 euros