Retratos en blanco y negro: Todas las claves
Los retratos en blanco y negro son una de las disciplinas fotográficas con más fuerza. Sácales el máximo partido
Muchos son los fotógrafos que se inspiran al ver los impresionantes retratos en blanco y negro de August Sander, Sebastião Salgado, Pierre Gonnord o Steve McCurry, pero son muchos menos los que se animan a emularlos. Aunque estos grandes de la fotografía tienen una obra difícilmente alcanzable por el resto de los mortales, inspirarte en el trabajo de profesionales de primera línea y perder el miedo a retratar desconocidos son los dos primeros pasos que debes dar para realizar retratos profesionales. Los retratos en blanco y negro confieren una fuerza extra a los protagonistas y son capaces de eliminar toda la distracción que supone el color, permitiendo al espectador centrarse aún más en los ojos de los retratados.
Elige bien a tus retratados
Si existe un secreto para lograr retratos en blanco y negro con mucha fuerza, ese es, sin duda, elegir cuidadosamente al modelo de tu fotografía. Aunque el mundo está lleno de rostros muy expresivos, encontrarás la inspiración más fácilmente en tus viajes. Los rostros exóticos cuentan con un punto extra de interés, pero recuerda que si no puedes desplazarte muy lejos de tu lugar de origen, prestando suficiente atención hallas gente muy fotogénica.
Las caras con facciones marcadas, miradas duras e intensas, y alguna característica distintiva son apuestas seguras, pero no descartes otros más dulces o amables. No existe un patrón estándar sobre cómo elegir a tu sujeto, simplemente busca una cara que te transmita, ya que si es capaz de causarte algún tipo de emoción si realizas la toma de forma adecuada, conseguirás transmitir esos mismos sentimientos en tu foto.
Retratos en blanco y negro: Paso a paso
Los retratos en blanco y negro requieren de un cierto tiempo de preparación para configurar los parámetros en la cámara, escoger la mejor luz y determinar el mejor encuadre. Por eso es muy recomendable que una vez que hayas elegido a tu sujeto le pidas permiso para fotografiarle. Con ello, además de convertir la situación en menos violenta, contarás con su colaboración. Una vez que tengas a tu modelo dispuesto a colaborar, pídele que continúe con la misma acción que realizaba hasta el momento, de manera que también puedas documentarle en su contexto.
Aunque la foto es más natural si solo le pides esto, consigues un aporte extra de fuerza si además le pides que mire a la cámara en ese momento. A menos que sea la seña distintiva de tu sujeto y estés totalmente convencido de ello, no dejes que tus retratados sonrían a la cámara, ya que esto transmite una impresión de familiaridad con el fotógrafo que suele restarle mucho interés a la toma.
Diferentes tipos de plano
Si vas a apostar por realizar una serie fotográfica de retratos en blanco y negro, repite el mismo plano en todas tus tomas o, por el contrario, dale un poco más de variedad e incorpora nuevos encuadres que rompan la monotonía de la repetición. Se trata de una decisión muy personal que solo te corresponde a ti como autor.
Durante el procesado
Es muy importante que consigas un blanco y negro de alto contraste para aumentar aún más la fuerza de tus retratos, así que olvídate del filtro blanco y negro de tu cámara digital, arremángate y disponte a dedicarle un momento a la edición de tus fotos en el ordenador.
En primer lugar, convierte la toma a blanco y negro y juega especialmente con estos dos valores: claridad y contraste. Aumenta también los blancos y negros, pero sin perder información. Si la toma empieza a estar demasiado oscura sube la exposición, ya que se trata de conseguir blancos muy intensos y negros muy potentes, pero sin perder información en la foto; para esto vigila siempre el histograma. Ayúdate de los controles de altas luces y sombras para conseguir un gráfico más flexible.
Para influir sobre una sola parte de la escena utiliza un pincel o una capa, lo que te permite salvar las altas luces o los negros de ser empastados. Recuerda que este es un proceso muy similar al tapado que se realizaba en la ampliadora en fotografía química. Un pincel con claridad sobre objetivos metálicos, plásticos o cristales (como los de las gafas) le da aún más fuerza a estos complementos distintivos. Si modificas la saturación y luminancia de los distintos canales de color verás que estos afectan de manera muy específica a partes concretas de la foto.
Texto Daniel Santos