Cómo hacer un reportaje fotográfico: Todas las claves
A la hora de plantearnos un reportaje fotográfico surgen multitud de dudas. Aquí te ofrecemos las soluciones
Cuando vemos publicado un libro de fotografía o un periódico, o visitamos una exposición, solemos pensar únicamente en el resultado final: las imágenes. Sin embargo, para el autor, mucho antes de mostrar su obra al público, le es imprescindible haber realizado una labor previa de investigación, información, e incluso, en la mayoría de ocasiones, burocrática.
Y es que, tras habernos respondido a la pregunta inicial y más importante: sobre qué tema realizar nuestro trabajo, debemos plantearnos otras cuestiones: ¿cómo, cuándo, para quién hacerlo?… Además, no podemos dejar fuera otros asuntos, menos obvios, pero que son igual de significativos, como, por ejemplo, si vamos a escribir nosotros el texto, ya que la labor sobre el terreno será diferente a si sólo tomamos imágenes.
Las respuestas que nos vayamos dando son prolegómenos necesarios que marcarán en buena medida la realización del reportaje fotográfico, pero siempre tendremos que dejar espacio a la inspiración debido a los imprevistos que nos puedan ir surgiendo. Aquí os ofrecemos un bosquejo de todas estas materias.
1. Elección del tema
¿Quién no ha pensado en realizar tal o cuál reportaje fotográfico? Si tenemos claro el asunto, eso que tenemos ganado, pero aunque así sea, resulta útil informarse en medios de comunicación, ayuntamientos o, incluso, preguntando a nuestro alrededor. Con esto, además de obtener ideas haremos una primera valoración del interés que suscita nuestro trabajo. Normalmente, partimos de temas globales, que debemos cribar y especificar al máximo.
Por ejemplo, el tema “niños”, resulta, obviamente, muy amplio, debemos reajustarlo. ¿Niños de mi barrio, juegos de niños, comparar juegos tradicionales con modernos?… Así hasta que tengamos el titular. En todo caso, debemos ser flexibles ya que, en cualquier momento del proceso, y no sólo durante la elección, pueden surgir causas que obliguen a modificarlo.
2. A quién va dirigido
El motivo que elijamos y su orientación puede venir determinado por los receptores a los que queremos dirigirnos. Como posibles destinatarios tenemos a particulares, aquí entra desde una institución privada, hasta el público en general, y entes oficiales. Relacionado con esto, está la finalidad que demos a nuestro reportaje fotográfico: de divulgación, denuncia, artístico… La conexión entre ambas variables puede determinar totalmente cómo realizarlo, tanto en el aspecto técnico como en la clase de imágenes que incluyamos en él. Si es bajo petición, necesitamos conocer los gustos e intereses de quien nos lo solicita; si es de motu propio debemos arriesgarnos a elegir la manera que consideremos mejor para llegar al público o a las instituciones donde decidamos presentarlo.
3- Forma de presentación
Aquí nos referimos a cómo y cuándo mostrarlo.
3.1 En el tiempo
De hacerlo por libre sólo nos interesa el resultado final, pero siempre que podamos, interesa dividir el reportaje fotográfico en fases o parcelas que lo simplifiquen. Si es bajo petición, quizá nos exijan partes temporales sobre su desarrollo, algo pesado, pero que asegura su correcta finalización. Parcelación y orden son aún más importantes.
3.2 En la forma
Sea cuál sea, debemos editar críticamente las fotografías y conocer cómo las visiona el destinatario: cara a cara o por email; contactos o ampliaciones… Además, de ser freelance, importa saber cuántas capturas mostramos así como dejar un remanente en la recámara. Si es un encargo, debemos tener una buena intercomunicación y, por supuesto, cumplir los plazos, tanto para su conclusión como si nos exigen intermedios.
4- Permisos requeridos
Según la temática que queramos desarrollar, en ocasiones vamos a necesitar una acreditación que nos permita plasmar ciertos lugares o eventos. Para saber qué clase necesitamos y cuáles son las vías de expedición no hay otra forma que dirigirnos directamente al sitio o asociación del que deseamos tomar imágenes para plantearles quiénes somos y qué queremos. Sea como sea, debemos realizar los trámites con suficiente antelación para dar tiempo a la burocracia y por si hubiera alguna nueva gestión que subsanar. Por último, y aunque resulte lógico, es importante asegurarse de cómo lo vamos a recibir: de palabra, vía email…, ya que en el caso de tener que imprimirlo, si nos olvidamos, nos puede causar demoras innecesarias e, incluso, dar al traste con nuestro esfuerzo.
5- Equipo necesario
Cada cometido exige un material determinado, por ello, siempre que tengamos oportunidad, es importante visitar previamente el lugar: por la iluminación, el espacio, y, por supuesto, las personas. Así, además de hacernos un croquis que facilite su realización, conoceremos las necesidades reales para decidirnos sobre qué equipo usar. Es muy importante que se adapte lo máximo posible a la situación y que, sin quedarnos cortos, tampoco tengamos que acarrear con complementos innecesarios. Destacar aquí la importancia de decidir cómo lo transportamos, algo que se suele infravalorar. Por último, como no vamos a contar con toda clase de objetivos ni cámaras, y no es cuestión de comprar uno para cada ocasión, no debemos desdeñar el alquiler, algo que ofrecen, entre otros, diferentes web.
6- Cuestión económica
Debemos contar con los gastos, por lo cual es importante hacernos un presupuesto lo más exhaustivo posible. Podemos estar contratados: aquí llevaremos un control sobre las facturas que presentaremos después. Si somos autónomos, los desembolsos como freelance correrán por nuestra cuenta pudiendo deducir algunos de ellos. Difícil pero interesante es buscar financiación. Bien mediante publicidad dirigiéndonos a marcas o distribuidores, bien a editoriales, fundaciones e incluso a revistas, aunque, en este caso, normalmente sólo aceptan trabajos concluidos. Por último, podemos realizar un reportaje fotográfico de manera ocasional, sin ser siquiera autónomos. Obviamente, pagaremos todos los gastos y, si lo vendemos, incluiremos la factura en la declaración de renta.
7. Cómo promocionar nuestro reportaje
Si no lo tenemos colocado previamente tenemos varias opciones:
-Prensa. Ser críticos antes y pacientes tras presentarlo. Mostrar sólo lo mejor y esperar, ya que la respuesta puede ser inmediata o sólo cuando quieran publicarlo.
– Banco de imágenes. Manera cómoda y sencilla, si bien debemos conocer sus condiciones y, sobre todo, su fiabilidad. Importante disponer de un amplio catálogo.
– Exposición. Supone un pago económico, pero tiene la ventaja del trato directo con las personas que la visiten y la posibilidad de realizar contactos.
– Editoriales. Debemos llevar el trabajo totalmente estructurado y si escribimos nosotros el texto mejor tenerlo ya concluido.
– Fundaciones. Según cuál, puede servirnos de empuje para una exposición, una publicación o ambas. Normalmente son más flexibles que una editorial.