Cómo fotografiar reptiles: Resuelve tus dudas
Cada especialidad requiere técnicas específicas. Fotografiar reptiles no es una excepción
De gran variedad de formas y tamaños, los reptiles pueden ser desde esquivos hasta peligrosos, por eso es importante que, antes de salir a fotografiar reptiles, te documentes convenientemente sobre cada especie y los lugares donde encontrarlos. Las guías de campo e Internet ofrecen las claves para saber dónde y en qué momento encontrar a cada reptil. Si vas a viajar a países con grandes extensiones de entorno selvático te ayudará contratar los servicios de un guía que te facilite su localización.
Ten en cuenta que los reptiles son animales de sangre fría que necesitan del calor de la tierra para maximizar su energía, de modo que están menos esquivos a primeras horas de la mañana, cuando el sol aún no ha hecho su efecto. Los muros de piedra y las grandes extensiones rocosas son muy buenos lugares para hallarlos, ya que estas formaciones son ideales para hibernar, refugiarse, buscar comida y tomar el sol. Como los de menor tamaño son muy “resbaladizos”, una buena idea es acercarse a ellos poco a poco y seguir fotografiando de manera que, aunque cuando llegues a estar tan cerca cómo te gustaría hayan huido, tendrás ya la foto realizada desde otra distancia.
Toma el control de la luz
Es probable que cuando se trate de especies grandes como cocodrilos te veas condicionado a la luz natural existente. Aún así, debes decidir la perspectiva y la orientación a la que te vas a situar. Una luz dura y lateral confiere un mayor dramatismo y, por tanto, una mayor sensación de peligro y dureza. Si la luz es demasiado dura a la hora de fotografiar reptiles, trata de rellenar las sombras con ayuda de un flash. Con esta técnica, aparte de conseguir una iluminación más uniforme, lograrás un brillo muy favorecedor en sus ojos.
Este toque de luz aporta un extra de nitidez en el resultado final. Si no dispones de flash emula una sensación parecida colocándole el sol de frente. Aprovecha las situaciones en que caminan y se paran en sombra, ya que ahí encontrarás una luz muy uniforme.
Para fotografiar reptiles más pequeños resulta mucho más sencillo lograr el aporte adecuado de luz. Simplemente coloca un flash en la zapata y, para conseguir una iluminación más suave, emplea un difusor. Si sacas el flash de la cámara, gracias a un disparador remoto puedes lograr grandes efectos con una dirección lateral de la luz y rellenando con un pequeño reflector. Si olvidaste el flash puedes lograr un efecto parecido utilizando el sol como fuente principal de luz y rellenando las sombras con un reflector improvisado como puede ser una hoja de papel blanco o un chaleco reflectante.
Elige el equipo adecuado
Es conveniente diferenciar entre las especies peligrosas y las que no lo son. Como norma general, el fotógrafo de naturaleza debe evitar poner en peligro su seguridad y la de la fauna, así que de nuevo, avanzaremos un gran camino si nos documentamos con anterioridad sobre la especie que vamos a retratar. Recuerda que las especies de colores más llamativos suelen ser también las de mayor peligrosidad. Cuando se trate de serpientes venenosas y grandes reptiles hay que utilizar un teleobjetivo para no acercarnos demasiado. Los teleconvertidores también son una buena opción para multiplicar la distancia focal.
Un objetivo macro es imprescindible para captar lagartijas, pequeños lagartos, salamandras, tritones y algunas serpientes menos peligrosas. Cuando se trata de fotografía macro, en numerosas ocasiones hay que cerrar el diafragma para maximizar la profundidad de campo. Para ello, el trípode es un complemento ideal, aunque ten en cuenta que resta mucha rapidez y libertad de movimiento, algo esencial para fotografiar a tus pequeños modelos.
Claves compositivas
>Textura: Este es uno de los grandes valores compositivos que aporta la piel escamosa de los reptiles. Ni siquiera necesitas mostrar su anatomía entera, un simple detalle completa una fotografía de estilo más abstracto donde los colores y formas son los protagonistas. Al fotografiar reptiles y cuando se trata de texturas, el blanco y negro es una gran idea.
>Encuadres cerrados: Trata de mostrar al reptil de cuerpo entero, pero plantéate también composiciones donde un solo ojo ocupe todo el cuadro, o detalles como la cola, una pata o el busto.
>Fondos lisos y uniformes: En la medida de lo posible procura obtener fondos desenfocados o con una componente cromática capaz de realzar al sujeto. En fotografía de fauna, como en retrato, el fondo es una componente esencial.
Fotografiar dentro de terrarios
Si optas por fotografiar reptiles en condiciones controladas tienes que enfrentarte a los cristales. Evita los brillos empleando un polarizador y, aunque en muchas ocasiones es imposible eliminar del todo los reflejos, girando el polarizador los colocas donde menor impacto tienen sobre la composición.
Disponer de los especímenes en un espacio delimitado facilita mucho la tarea cuando uses un trípode, de manera que aunque emplees mucho tiempo en escoger el encuadre es más fácil volver a localizar al animal. El trípode permite cerrar más el diafragma y maximizar la profundidad de campo. Si el fondo no te convence, imprime uno sobre tela o cartulina y colócalo en el cristal trasero de manera que con un buen desenfoque resulte muy agradable.
Texto Daniel Santos