Todo sobre la fotografía en clave alta
La fotografía en clave alta nos presenta composiciones en las que predominan los tonos claros y las zonas de blancos puros, provocando en el espectador una sensación de limpieza, tranquilidad y pureza. A continuación, te desgranamos todo lo que necesitas saber para lograr unas imágenes perfectas en clave alta.
Texto BENITO R. MALLOL
La “high Key photography” o fotografía en clave alta empezó a ser utilizada por los fotógrafos de belleza a principios de los años 60 del pasado siglo. Descubrieron que, combinando una iluminación suave con unas dosis de sobreexposición y un fondo blanco en el momento de la toma, lograban una interesante apariencia a sus fotografías, suavizando los tonos de piel y haciendo que los modelos fotografiados aparecieran más estilizados.
Aunque esta técnica también se implantó como una solución frente a unos monitores informáticos que en aquella época presentaban limitaciones para reproducir altas relaciones de contraste, al final acabaron venciendo las razones de tipo plástico y artístico. En definitiva, una fotografía de clave alta es, normalmente, aquella que se toma con una iluminación elevada y que reproduce de forma predominante grandes áreas con tonos claros y brillantes. La imagen, además, presenta poco contraste y sombras escasamente densas o casi inexistentes.
Motivos idóneos
La fotografía en clave alta suele ser perfecta para la representación de motivos divertidos, alegres y bellos. Este tipo de imágenes transmite habitualmente un tono positivo, optimista e incluso cándido (se muestra todo, no hay nada que entrever en sombras oscuras).
Belleza, moda, flores y otros temas de naturaleza femenina son motivos “atacados” con regularidad por este tipo de imágenes. Tampoco hay que olvidar que, psicológicamente, un producto que se muestra con fondos blancos y preponderancia de tonos claros tiende a asociarse con las características de calidad e incluso de lujo.
Manda el contraste
Cuando la fotografía digital adquirió una gran popularidad, hubo una cierta confusión con el significado de la fotografía en clave alta y muchas personas la asociaron con el tipo de imágenes que disponían de un fondo blanco y de unos tonos de piel sobreexpuestos. Pero el tema no es tan simple.
En una fotografía de clave alta, es imprescindible contar con una iluminación plana o lo suficientemente difusa para que no aparezca ningún tipo de sombras profundas. Igualmente, suele ser habitual que los fondos, aditamentos y ropaje del sujeto sean blancos o de tonos de colores pastel, y no destaque nada de color oscuro.
Estas premisas, junto con la iluminación plana, ayudarán a reducir el contraste general, de manera que la imagen resultante tendrá una mayoría de tonos muy por encima del valor medio digital 128 en la escala de 0 (negro) a 255 (blanco), sin necesidad de sobreexponer la piel.
Tonos medios
Normalmente, las fotografías se conciben para una gran preponderancia de tonos medios aderezados con unas áreas de altas luces y otras de sombras. En una fotografía de clave alta, esos tonos medios se desplazan hacia la parte más luminosa del histograma, haciendo que toda la fotografía aparezca más brillante e iluminada.
Colocar esos tonos medios en la zona más alta de la escala afecta a la imagen de dos maneras. En primer lugar, las alta luces (las zonas más brillantes de la escena) serán aún más brillantes, de forma que, si no se tiene cuidado, esas zonas podrían ser recortadas. En segundo lugar, las sombras también se desplazan hacia arriba, por lo que ahora se convertirán en el centro de atención correspondiente a los tonos medios. De ahí que el verdadero secreto para el éxito en la fotografía en clave alta reside en el control preciso de esos tonos inicialmente oscuros.
La importancia de la iluminación
Un error bastante común que se ha extendido entre muchos fotógrafos consiste en creer que una fotografía en clave alta no debe contener ningún tipo de áreas de color negro. Aunque ello resulta adecuado en ciertas ocasiones, en muchas otras esas imágenes no solo pueden, sino que deben mostrarnos pequeñas zonas de información en negro o tonos oscuros.
Estas zonas, en unión con otras de tonos medios, ayudarán a que la imagen no aparezca totalmente descolorida o lavada. Unos puntos de negro -por ejemplo, correspondiente a las pupilas de nuestro modelo o de sombras bajo la cabellera- pueden marcar la diferencia entre una imagen en clave alta o simplemente sobreexpuesta.
El trabajo en estudio
También se ha extendido la creencia de que, para obtener una imagen de clave alta, es suficiente con manejarse adecuadamente con Photoshop u otro programa de edición; sin embargo, los mejores resultados se consiguen en el momento del disparo. Ello conlleva la necesidad de contar con un estudio especialmente configurado para este tipo de fotografía; en caso contrario, habrá que esperar a que la luz ambiente disponible en exteriores coopere con nuestras necesidades.
Una iluminación básica de estudio para fotografía en clave alta consiste en una luz principal y otra de relleno, con una
relación de intensidad de 2 a 1 respectivamente entre ambas. Por su parte, el fondo debe estar iluminado de forma independiente, por ejemplo, con dos luces contrapuestas colocadas aproximadamente a un metro y medio de distancia de dicho fondo y dirigidas con 45 grados de inclinación sobre el mismo. Estas luces deben tener una intensidad de, al menos, un diafragma superior a la luz principal, lo que ayudará a proporcionar ese fondo indefinido de blanco impoluto clásico de las fotografías en clave alta.
Es cierto que en estas imágenes también suelen utilizarse tonos de color pastel, pero el blanco es más común y también más sencillo de trabajar. Si utilizamos modelos, recordemos que su vestimenta deberá ser preferentemente clara o blanca y que suelen ser más apropiados para estos menesteres los cabellos rubios, así como la piel y los ojos claros.
Salgamos al exterior
No es imprescindible contar con un estudio para realizar fotografía en clave alta, pero sí es importante disponer de algunos aditamentos y trucos al respecto en caso de trabajar en exteriores. La iluminación ideal para nuestro objetivo es la de carácter plano, como la proporcionada por un día nublado. Pero, en este caso, también es probable que necesitemos el uso de un reflector para amortiguar las sombras todo lo posible dentro de nuestra composición.
Los fondos adecuados serán más difíciles de encontrar. No podemos confiar siempre en la presencia de una pared blanca y bien iluminada para conseguir ese efecto de clave alta. En su lugar, debemos elegir un fondo simple que se encuentre libre de tonos oscuros y sombras. A continuación, mediremos la exposición para dicho fondo y dispararemos con una compensación de +1 diafragma. Seguidamente abriremos un diafragma más y dispararemos de nuevo. Finalmente, es posible que tengamos que realizar una última toma con otro diafragma más para obtener el resultado deseado.
En este sentido, hay que tener presente que se trata más de un arte que de una ciencia, y que los mejores resultados vendrán, sin duda, de la mano de la experimentación.