Cómo hacer buenos retratos: Trucos y consejos

Cómo hacer buenos retratos es una de las preguntas que todo principiante se plantea. Es hora de resolverlo

Si estamos empezando a fotografiar y nos preguntamos cómo hacer buenos retratos, la mejor manera es hacerlo sin complejos, dejando a un lado los aspectos serios y excesivamente rígidos. Amigos, familia, fiestas de gente conocida… son los caldos de cultivo más oportunos para encontrar los “conejillos de indias” con los que practicar teniendo en cuenta las siguientes sugerencias:

Cuida la perspectiva

En la práctica, está demostrado que la mayoría de los retratos se hacen desde la altura estándar de los ojos del fotógrafo. Si bien esto es algo que se corresponde con el sentido común, creamos retratos de gran impacto si cambiamos el ángulo de visión e introducimos el factor sorpresa. Podemos, entre otras cosas, subirnos a un punto elevado como una silla o una escalera de mano y hacer que el sujeto aparezca lo más bajo posible, como sentado o tumbado en el suelo. Igualmente existe la posibilidad de optar por una fórmula inversa, arrodillarnos o tumbarnos nosotros en el suelo encuadrando al sujeto de pie. De cualquiera de estas maneras, nuestros retratos adquieren un interés inmediato.

Vigila la dirección de la mirada

Para saber cómo hacer buenos retratos hay que tener presente la importancia que adquiere en un retrato la dirección de la mirada del sujeto. En la mayoría de las ocasiones, el personaje mira directamente al objetivo de la cámara. Es cierto que esta estrategia crea un vínculo o relación entre el motivo y el espectador del retrato, pero existen otras alternativas:

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  Foto: KPATYHKA – Shutterstock

  Hacer mirar al sujeto algo que está fuera de cuadro, lo que crea una sensación de sinceridad e intriga, haciendo que el espectador se pregunte qué está mirando (y pensando). Hay que tener en cuenta que este tipo de solución atrae la mirada del espectador de la imagen hacia el borde del marco, alejándolo del centro de atención.

• Hacer mirar al sujeto algún elemento colocado dentro del marco, por ejemplo, una madre que mira a su bebé, un niño que mira su juguete o su plato de comida… Esta opción crea un segundo punto de atención que interactúa con el motivo principal, ayudando también a crear una historia.

Romper las reglas de composición

Para muchos fotógrafos, las llamadas “reglas de composición” son interesantes como fórmulas de inicio, pero llega un momento que también hay que aprender a saltárselas, logrando resultados llamativos. Actuando en contra de la archiconocida regla de los tercios, una de las fórmulas para saber cómo hacer buenos retratos retratos es colocando al sujeto en el centro geométrico del cuadro.

No obstante, podemos probar a ubicarlo en un extremo, lo que obliga al espectador a recorrer un gran espacio vacío. Otra norma muy habitual en retrato es dejar un espacio notable en el cuadro (aire) si el sujeto está de perfil hacia la zona que está mirando. Insistimos, las reglas están para romperse y aquí también practicamos en su contra.

Experimentar con la iluminación

Otra forma de jugar con la creatividad en el retrato la obtenemos experimentando con el tipo de iluminación, ya sea natural o artificial. Así, la iluminación lateral induce a estados de ánimos diferentes en el espectador, la retroiluminación genera siluetas que ocultan detalles concretos del personaje, o la luz tamizada por una persiana crea figuras geométricas de enorme plasticidad gráfica.

Utilizar un flash y una velocidad de obturación muy lenta hace que el motivo presente zonas movidas (iluminadas por la luz natural) y otras totalmente estáticas o congeladas por la acción del flash.

Texto de Benito R. Mallol adaptado por Isabel González