Cómo fotografiar con poca luz: Pierde el miedo a la oscuridad
Uno de los mayores retos fotográficos es aprender a cómo fotografiar con poca luz
La fotografía es luz. Un haz de pequeñas partículas, llamadas fotones, que atraviesan el diafragma y se cuelan por el obturador hasta llegar al sensor de la cámara. Aunque los sensores de las cámaras digitales son muy sensibles a la luz y, por lo general, permiten realizar fotos muy luminosas sosteniendo la cámara a pulso, esto no siempre ha sido así. Fotografiar con mucha luz es relativamente sencillo, pero cuando escasea estás obligado a hacer uso de todos tus recursos fotográficos. No existe una fórmula única para aprender a cómo fotografiar con poca luz, cada situación requiere de soluciones específicas. Sigue nuestros consejos y conseguirás unas fotos excelentes.
Usa el trípode
Las situaciones de escasez de luz requieren una combinación de parámetros que exigen tiempos de exposición muy largos. Si quieres saber cómo fotografiar con poca luz sin perder calidad en tus fotos subiendo el valor ISO, tendrás que recurrir a velocidades de obturación tan lentas que tu foto puede salir trepidada. Para evitar que la toma aparezca movida estabiliza la cámara sobre un trípode.
Si no cuentas con este accesorio, ubica la cámara sobre un muro, una mesa, una piedra… pero esto te hace perder maniobrabilidad y te limita mucho las posibilidades de encuadre. Ten en cuenta que estabilizar la cámara es una solución idónea solo en casos en que una velocidad de obturación lenta no sea un problema para el resto de la escena.
Los casos más típicos para el uso de trípode como modo de combate a la falta de luz son la fotografía en grandes espacios interiores, de manera que la luz natural dote a la escena de una atmósfera natural, y los paisajes nocturnos, tanto urbanos como salvajes. Contar con un trípode en una escena nocturna urbana te aporta, además, la ventaja de captar las estelas de los coches como líneas.
Ármate con un flash
Cuando se trate de fotografiar sujetos en movimiento, el flash es la mejor opción, ya que su aporte extra de luz permite usar una combinación de parámetros muy satisfactoria sin recurrir a valores altos de ISO ni a tiempos altos de exposición. Debes tener en cuenta que el flash presenta una limitación en cuanto al alcance, que viene determinado por su potencia (número guía). Si necesitas fotografiar deportistas o fauna lejana te verás obligado a utilizar un teleflash, compuesto por una lente Fresnel que multiplica su potencia.
En interiores con techos claros y no excesivamente altos puedes rebotar la luz del flash contra el techo, de manera que consigas que la luz rebotada caiga de una manera suave y uniforme sobre toda la escena. La ventaja de esta técnica es que solamente tendrás que configurar los parámetros de la cámara y la intensidad del flash una vez, ya que la fuente de luz (en este caso la luz reflejada del techo) queda siempre a la misma distancia del sujeto.
Si no tienes un techo contra el que rebotar el flash opta por la opción TTL de tu cámara, que selecciona automáticamente la potencia según te acerques o te alejes, de ese modo evitas las fotos quemadas o subexpuestas en exceso. Por otro lado, si no quieres verte limitado por la iluminación frontal, hazte con unos disparadores remotos del flash que se accionan desde la cámara. Puedes usar un paraguas para suavizar la luz y que ésta resulte más favorecedora sobre los sujetos. Ten en cuenta que si necesitas iluminar grandes espacios, el flash compacto no es la mejor opción. Puedes tratar de suplir la luz de flash con otras fuentes de luz artificial que tengas a mano: lámpara, focos, bombillas…
Objetivo luminoso
Los zoom con valores mínimos del diafragma tipo f/2.8 suelen ser muy útiles en estos casos, aunque no tanto como los objetivos fijos con valores aún menores del tipo f/1.4 o 1.8. Este tipo de lentes son muy de agradecer cuando se fotografía en el interior de catedrales o monumentos donde no se puede usar el trípode y el techo está tan alto que la luz rebotada no es una opción.
Altas sensibilidades
Como último recurso para saber cómo fotografiar con poca luz sin morir en el intento, puedes optar por subir el ISO, una opción que, no obstante, resta calidad a tus fotografías. Aparte del grano que aparece cuando recurres a esta opción, existe una pérdida de definición que puedes ver en líneas y contrastes de la foto. Ten especial cuidado si aparecen tonos negros en tu encuadre, ya que es ahí donde el ruido resulta más evidente.
En exteriores urbanos, la luz de las farolas tiñe todo de un amarillo intenso, algo que con un ISO alto resulta casi imposible de solucionar en procesado. Para ello, corrige el balance de blancos en tu cámara utilizando el modo Luz de tungsteno. Es muy importante que conozcas el comportamiento de tu cámara para un determinado valor ISO, ya que nada tiene que ver el resultado de una cámara con un sensor y procesador de nueva generación y alta gama, con una mucho más antigua.
Texto Daniel Santos