RoboBee es el pequeño robot abeja espía
Científicos de la universidad de Harvard han logrado reducir al mínimo las dimensiones de este pequeño robot llamado ‘RoboBee’, y que basándose de la fisionomía de los insectos puede convertirse en un pequeño espía.
A nadie se le escapa que la robótica está avanzando a un ritmo exponencial en la última década, haciendo real la posibilidad de que empleemos robots como parte de nuestra vida diaria, como la ciencia ficción venía adelantando desde hacía mucho tiempo. Los científicos están derribando barrera tras barrera en el desarrollo de estos dispotivos. El pequeño robot llamado RoboBee supone un nuevo hito en este campo, al conseguir reducir hasta la mínima expresión su tamaño (menos de tres centímetros). Inspirándose en insectos que ahorran energía agarrándose a tejados o paredes, un equipo de desarrolladores de la universidad de Harvard ha creado RoboBee, un pequeño robot con forma de abeja cuyas aplicaciones pueden ser numerosas. La más evidente, actuar como un espía minúsculo. Podrías llevarlo pegado a tu ropa y no te darías cuenta, ya que su peso y tamaño son como los de un insecto.
Problemas resueltos al crear este pequeño robot
El principal problema que se deriva de un ‘dron‘ de dimensiones tan reducidas es su alimentación energética. Físicamente, apenas hay espacio para baterías, y el vuelo consume mucha energía. ¿Cómo ahorrarla? Pues fijándose en la naturaleza, y haciendo que este pequeño robot ‘descanse’ pegado a techos o a paredes, se recargue y pueda volver a volar. Lo mismo que hacen las abejas o las mariposas. Para resolver la cuestión de cómo adherirse a esas superficies se ha empleado energía electrostática y una espuma. Cuando está cargado, este dispositivo es capaz de quedarse pegado a casi todas las superficies (cristal, madera, granito…). Es por eso que su utilidad más evidente inicialmente sea la de pequeño espía. Pero, por supuesto, habrá mucho más.