La segunda piel que cura heridas y quita arrugas
La cosmética y la medicina se encuentran frente a una revolución increíble si el proyecto de segunda piel que están desarrollando en el MIT estadounidense avanza como hasta ahora. Se trata de una ‘piel’ que cura y mantiene joven nuestra epidermis.
Robert Langer, profesor de ingeniería biológica en el prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) estadounidense ha desarrollado un proyecto revolucionario; una segunda piel que, usada sobre la de los humanos, sirve para corregir aspectos como el envejecimiento o heridas. El producto, que ya está su fase final de desarrollo tras ocho años de trabajo, será fabricado por Olivo Labs, empresa que en parte pertenece al propio Langer. Dos cremas diferentes deben ser aplicadas una después de la otra. Sus bases de silicona se combinan para crear un polímero invisible que se convierte en una capa, reforzando la de nuestra propia piel, a la que proporcionan una barrera extra completamente transpirable. Los creadores del proyecto aseguran que esta segunda piel contribuye a mitigar los efectos de la edad como las arrugas, o logra que las heridas cutáneas cicatricen y sanen en mucho menos tiempo.
Una segunda piel más fuerte, que cura, que no envejece…
La piel es el órgano más grande del cuerpo, pero su sustitución es un proceso muy complejo, por lo que esta segunda piel, que es al mismo tiempo fuerte, ligera y adherente, puede ser de mucha ayuda en, por ejemplo, casos de quemaduras en la piel. “Es como unas medias invisibles que te pones sobre la piel“, afirma Langer. “Es seguro, fuerte, fácil de aplicar… Y ya lo hemos probado en seres humanos”, añade el profesor. La nueva segunda piel servirá para proteger y mejorar la que llevamos de serie, combatir enfermedades como la soriasis, conservar las propiedades epidérmicas ante la acción de agentes externos como el sol o la contaminación y tendrá numerosas aplicaciones tanto en el entorno médico, como en el cosmético. De hecho, el laboratorio de Langer ya desarrolló una crena para la piel hace algunos años llamada Neotensil, a razón de 500 dólares el tarro.