Dyson Purifier Cool Formaldehyde: elimina todo lo tóxico invisible
Toda una torre de defensa para tu salud ya que purifica -y refresca- el aire de la casa, eliminando los componentes tóxicos que no ves pero sí podrías aspirar. Incluso puede con el formaldehído.
La compañía británica Dyson lleva demostrando una progresiva especialización en la purificación del aire durante ya bastantes años, siendo este como es un asunto siempre tan importante pero mucho más por las últimas experiencias pandémicas. Su, de momento, último producto relacionado con este ámbito es el Purifier Cool Formaldehyde.
Con un diseño que resulta familiar (muy marca de la casa), presenta una estética que combina los colores blanco, plateado y dorado. Tiene una altura de 1 m y ancho de 22 cm para un peso de 4,85 kg; fácilmente portable. Viene de serie con un cable de alimentación cuya longitud de 1,8 m facilita ubicarlo dentro de un radio amplio de una toma de corriente.
Como es norma legendaria en todos equipos Dyson, el nivel de construcción, la calidad de los materiales y su ensamblado de este Purifier Cool Formaldehyde son absolutamente premium. Sin duda, una durabilidad y resistencia bárbaras. Esta cualidad de robustez se agradece cuando hay niños o torpes de cualquier edad en casa y, especialmente, a la hora de su limpieza, dado que se puede ejercer con agilidad y firmeza sin que sufran los distintos elementos externos. La ausencia de aspas no cabe duda de que ayuda, también, en términos de seguridad.
A la hora del recambio de los filtros, esta tarea no puede ser más sencilla y rápida. Es imposible equivocarse porque todo encaja de una manera y no de otra, además, muy intuitiva.
Filtración del aire
Su sistema de purificación parte de un filtro de carbón HEPA +, capaz de capturar los contaminantes presentes en el aire y el 99,95% de las partículas que haya en él. Se acompaña, lógicamente, por un eficaz sistema tanto de succión como de, seguidamente, emisión de nuevo al exterior una vez que ese aire ha sido purificado. Un detalle importante es que, como aseguran desde Dyson, tanto dicho filtro como el resto de la unidad están selladas con el fin de evitar que ni un solo contaminante que succione pueda ser de expedido de nuevo al exterior sin haber sido convenientemente tratado. Este equipo está diseñado para destruir partículas contaminantes COV; no las de COVID-19. Lo que sí erradica, como decimos, es el 99,95% de las partículas de cualquier tipo con un tamaño de 0,1 micrones.
Ventilación
La segunda faceta del Dyson Purifier Cool Formaldehyde es, como su propio nombre indica, la capacidad para refrescar el ambiente. Ojo, no enfría el aire que expide sino que, una vez purificado, lo devuelve a la estancia mediante un potente flujo que transmite la sensación de frescor. En suma, es un ventilador pero de tipo avanzado y sin aspas. En este sentido, podemos ordenar que el cabezal oscile de acuerdo con nuestros gustos o necesidades, ajustar la potencia del ventilador e, incluso, programarlo para que se apague al cabo de un determinado periodo de tiempo. La responsable de esta virtud de ventilación es la tecnología Air Multiplier, exclusiva de Dyson y que proyecta aire purificado en modo 360. Su logrado modo automático mantiene la estancia a la ‘temperatura’ y en los niveles de calidad del aire adecuados.
Formaldehído
Y la tercera virtud de este electrodoméstico premium es que dispone de la tecnología para detectar, atrapar y eliminar el formaldehído. Se trata de un gas contaminante imperceptible a la vista humana que desprenden los muebles y los productos de madera que contienen resina a base de formaldehído, como el contrachapado o el conglomerado, y otros materiales aislantes, así como los productos de bricolaje como la pintura, el papel pintado, los barnices y, también, los productos de limpieza. El formaldehído es 500 veces más pequeño que una partícula con un tamaño de 0,1 micras. Según apuntan desde Dyson, este gas contaminante es especialmente difícil de capturar y puede permanecer y pasar desapercibido dentro de una casa durante años. Para llevar a cabo esta función concreta, este Dyson cuenta con un sensor en estado sólido y un filtro especiales.
Existen sensores de formaldehído en formato gel que pueden deteriorarse con el paso del tiempo y, por ello, llegan a confundir fácilmente el formaldehído con otras partículas COV contaminantes. Como queda dicho, el sensor de Dyson especializado en formaldehído es sólido, no se seca al cabo del tiempo y trabaja junto con un exclusivo algoritmo creado por la compañía para detectar selectivamente este gas.
Por su parte, el filtro de oxidación catalítica selectiva (SCO, por sus siglas en inglés) se ocupa de destruir el formaldehído a nivel molecular. Este filtro presenta un revestimiento único, con la misma estructura que el mineral criptomelano. Son mil millones de túneles del tamaño de un átomo que logran atrapar y destruir el formaldehído, rompiéndolo en cantidades diminutas de agua y CO2. Seguidamente, se regenera del oxígeno en el aire para continuar con su destrucción sin ni siquiera tener que sustituirlo.
App móvil
Este Dyson puede manejarse mediante su mando a distancia y también, y con más posibilidades de gestión, mediante su app y un dispositivo móvil. En esta, además, puedes conocer la calidad del aire con un gran despliegue informativo. El propio equipo tiene una pantalla incorporada que indica estos niveles de calidad del aire, pero es más cómodo mediante una pantalla mayor; para un vistazo rápido, sí que vale. También existiría la opción de gestionar su funcionamiento (algunas opciones) mediante la voz, ya que es compatible con Amazon Alexa, Google Assistant y Apple Siri; de momento, no está disponible esta posibilidad en España.
Emisión de ruido
Uno de los principales inconvenientes de este tipo de equipos es el ruido que generan. Digamos que el Purifier Cool Formaldehy no es silencioso pero ha progresado respecto a otros modelos de la misma compañía. Y es que, según Dyson, su Purifier Cool Formaldehyde logra ser un 20% más silencioso sin merma de rendimiento. Por lo visto, se ha redefinido la circulación general del aire a través del ensanchamiento de la apertura (ranura por la cual el aire sale del aparato) y el mejoramiento de su geometría. Esto se traduce en una reducción en la cantidad de fricción entre el aire y la superficie del aparato, disminuyendo el ruido de 64 a 61 decibelios a la máxima velocidad del ventilador.
Gadget opina
El Dyson Purifier Cool Formaldehyde purifica y ventila de manera excepcional un espacio, según nuestros cálculos, de hasta 100 m2; si lo ubicas en una estancia mucho más pequeña, tarda un suspiro en elevar la calidad del aire a la adecuada. De hecho, si tu casa se distribuye en salas pequeñas, lo preferible será ubicarlo en el pasillo y es más que posible que pueda con todo el ambiente interno.
Su caja (packaging) engaña: esta es un ‘tocho’ de los grandes pero el producto en sí no lo es tanto. El motivo es que los filtros necesitan una ‘dinámica Ikea’: vienen desinstalados para que hagas una faena de montaje. Dyson no da puntadas sin hilo, por lo que creemos que esto responde a la intención de que sea el propio usuario el que advierta, desde el minuto 1, la complejidad del sistema de filtración. Que si viene ya todo montado de fábrica, como que pasaría más desapercibido. Ojo, que el sistema de filtrado es complejo, sí, pero su instalación es cosa de niños. Retornando a su tamaño propio, dado que ocupa muy pocos cm2 en el suelo, se ajusta perfectamente en cualquier ubicación sin estorbar. ¿Se nota su presencia en cuanto al ruido que genera? En nuestra opinión, hasta la potencia 6, es perfectamente tolerable; 7 o más, agobia un poco.
Su conexión al móvil es tarea sencilla y rápida. Su primera puesta en marcha necesita más o menos una hora para que analice la composición del aire, su temperatura y humedad. Una especie de autoconocimiento del ecosistema donde se encuentra.
En el día a día hemos advertido que reacciona con fantástica rapidez a los cambios en la calidad del aire en el interior. La ‘provocación’ de este experimento es muy simple: basta con rociar el ambiente con un producto perfumado o un ambientador en aerosol y ver cómo se modifican los niveles tanto en su pantalla como en la app. Dicho esto, también detectó que, en la habitación de al lado, estábamos cocinando una poco saludable fritura. Por cierto, el Dyson Purifier Cool Formaldehyde también elimina olores.
Las funciones de automatización, tanto de purificación como de ventilación, son bárbaras, lo que es un plus de comodidad. A lo que suma unas funciones inteligentes y/o prácticas muy útiles, como el temporizador de cuenta regresiva a 30 minutos, 1 hora, 2 horas, 4 horas u 8 horas, o la oscilación de 45, 90, 180 y 350 grados, con una inclinación manual que le permite levantar el cabezal del ventilador. En nuestra opinión, el modo de purificación automatizada es el conveniente una vez que ha limpiado el ambiente a su plena potencia; esto segundo supondrá unos largos minutos de zumbido algo molesto pero, en modo auto, es muy discreto. Por cierto, conviene recordar que es capaz de controlar la calidad del aire tanto dentro de casa como fuera si le decimos dónde está instalado el aparato.
La aplicación móvil como tal brilla por su magnífica capacidad informativa (quizá tantos datos puedan generar cierta angustia…) y por lo fácil que es manejar el equipo. A auténtico capricho.
En lo que se refiere a su mantenimiento, Dyson recomienda cambiar los filtros una vez al año si vives en una zona normal; si resides ‘pegado’ a un complejo industrial o en calles con trafico excesivo, quizá cada ocho meses. También es conveniente comprobar con periodicidad el filtro de formaldehído para asegurarse de que esté limpio y no haya obstrucciones.
En resumen, el Dyson Purifier Cool Formaldehyde es un producto innovador especializado en vigilar y cuidar con extrema precisión la calidad del aire y cuyo funcionamiento puedes personalizar con solo unos pocos toques en tu móvil. Es un equipo que trabaja por tu salud y la de los que te rodean; no puede haber asunto más importante. En el Gadget Lab no tenemos los medios para aseverar que este equipo consigue los resultados que promete, esto es, purificar el ambiente a unos niveles casi plenos. Pero, a tenor de la documentación con la que contamos y lo que conocemos acerca de esta compañía, sí podemos asegurar que Dyson invierte ingentes cantidades de dinero y de medios personales hasta conseguir que ese producto que tienen en mente cumple su misión de manera 100% efectiva. Es una cuestión de fe, de creer en la capacidad del producto para hacer su misión. Pero, lo que no admite discusión es que, tras un tiempo relativamente corto de este Dyson en marcha, el ambiente que se respira huele a limpio, a aire saludable.
Por otra parte, los purificadores de aire se van haciendo poco a poco un hueco en los hogares y nos atrevemos a decir que serán un electrodoméstico básico (de los primeros en instalarse en una casa nueva) en pocos años, siendo indispensable ya donde residen personas con problemas respiratorios o de alergias. En este sentido, siempre conviene confiar en una empresa que, como decimos, lleva años y mucho dinero investigando en aire saludable. ¿Que el Dyson Purifier Cool Formaldehyde es un producto caro? Sí, pero cabe entenderlo también como una inversión en salud y a largo plazo.
649 euros (precio a feha agosto de 2021)