Nuevo Ford Kuga PHEV: rompe con todo

Consumos increíbles, a tope de conectividad y ayudas a la conducción, y, como hilo musical, un equipazo de sonido firmado por Bang & Olufsen. Hemos probado durante una semana el nuevo Ford Kuga PHEV.

No pueden estar más que satisfechos los señores de Ford con el rédito tanto de prestigio como económico que les han reportado las generaciones anteriores de su Kuga. Para esta cuarta que acaba de nacer, hereda lo bueno de sus antecesores y aplica las innovaciones del mundo del automóvil que han ido apareciendo en los últimos tiempos, pero es evidente que, en la gran mayoría de las facetas, se ha decidido por partir de cero. Tanto en diseño como en opciones de motor.

Nuevas medidas

En comparación con su gama precedente, el nuevo Kuga es más grande tanto en longitud (89 mm) como en anchura (44 mm), sin embargo, pesa de media unos 80 kg menos. También aumenta la distancia entre las ruedas en 20 mm y es una pizca más bajo (6 mm). En el interior se ha hecho un buen trabajo en cuanto a espacio; valga el ejemplo de que la distancia entre los asientos traseros y los delanteros gana 15 cm.

En lo que se refiere a su figura, en nuestra opinión, el nuevo Kuga pierde ese toque estético de SUV más para caminos que para ciudad propio de las anteriores gamas. Así nos parece, en las generaciones anteriores se marcan más las esquinas y emite, en general, una sensación de robustez casi abrupta, de tipo duro, mientras que el nuevo opta por unos perfiles musculados en todos sus lados pero sin marcar tanta molla, lo que le otorga un carácter más urbano y rutero. Por descontado, más allá de apreciaciones subjetivas, el nuevo Kuga sigue tentando para lanzarse a la tierra, sin ningún problema ante ello pues en ese hábitat se siente igualmente cómodo.

PHEV

La versión que hemos probado es, en palabras populares, la híbrida enchufable. Se compone de un motor de combustión por gasolina de 2,5 litros más otro eléctrico junto con un generador y una batería de ion-litio de 14,4 kWh. En total, 225 CV. La batería que alimenta a este segundo se puede cargar tanto en marcha como enchufado a una toma doméstica o boxes de distintas potencias. Acredita una autonomía de conducción 100% eléctrica de unos 56 km; en nuestras pruebas, la media ha sido de 59 km.

Antes de pasar a otros detalles relevantes respecto a su rendimiento tecnológico, es preciso señalar el que nos ha parecido espectacular: su consumo de combustible. En el modo de conducción EV Auto, mediante el que el propio sistema va alternando a su criterio entre ambos motores, es capaz de lograr consumos entre 3 y 4 litros a los 100 km incluso en ciudad; si te aplicas evitando acelerones en cuestas y, en general, conduciendo de manera más que moderada, es posible lograr registros de menos de 3 litros. Ojo, que hablamos de un vehículo de casi 1.900 kg a los que sumar los de los ocupantes, que para algo transmite un carácter familiar.

El citado modo de conducción EV Auto es uno de los cuatro que propone este nuevo Kuga PHEV, a los que sumar el EV Ahora, mediante el que se propulsa exclusivamente del motor eléctrico hasta que este agote su autonomía; EV Luego, que recurre solo al motor de combustión para reservar la electricidad para cuando la necesites (acceso a zonas cero emisiones, por ejemplo); y EV Carga, que es el modo anterior pero que, además, fuerza al motor de gasolina a que, mientras ejerce de tracción, cargue la batería.

Junto a estos modos, propone otros cinco más (Drive Mode) mediante los que el vehículo se adapta a las condiciones de la carretera y que se definen por su propio nombre: Normal, Sport, Eco, Resbaladizo y Nieve/Arena Profunda. En función de la opción elegida, el vehículo adapta las respuestas de aceleración y de frenado, el comportamiento de la dirección y el control de tracción; si el modelo es automático, también incide en los tiempos de cambio de marchas. El último modo de nieve y arena está habilitado tanto en las variantes de tracción integral como solo delantera.

Modo L

Un botón en el centro de la rueda del cambio automático, identificado con una L, activa la interesante opción que a continuación describimos. Consiste en que convierte el comportamiento del vehículo en un súper alternador, que trabaja por y para cargar la batería sin que ello perjudique el consumo de combustible, como sí ocurre con el citado modo EV Carga. En líneas generales, este modo L aprovecha la inercia del coche siempre que levantas el pie del acelerador. Y lo hace tan a conciencia que, en ciudad, se puede circular sin apenas pisar el freno. Es una alternativa muy interesante, como decimos, en entornos urbanos para aprovechar la energía cuando te aproximas a un semáforo, rotonda o cruce, y, sobre todo, en el descenso de puertos. Los niveles de carga de la batería que logra el modo L son magníficos. Vamos a ella.

Carga de la batería

El nuevo Kuga PHEV es un vehículo para todo tipo de usuarios (evidentemente, a quienes les atraiga esta figura SUV) en el sentido de que, aunque cuente con un motor eléctrico, no hay que estar pendiente de él. Queremos decir que, si quieres, lo enchufas donde y cuando puedas, pero no es ni mucho menos necesario. Y es que la eficiencia propia del sistema de auto-recarga junto con el magnífico modo EV Auto, invitan a olvidarse de los enchufes. En cualquier caso, para objetivos de consumo cero de combustible o deseos de lograr cero emisiones de gases contaminantes, ahí están sus opciones de carga eléctrica, para lo que viene de serie con sendos cables estándar para tomas domésticas y boxes de carga rápida. Según nuestro test, la carga completa de la batería a partir de un enchufe de 230 voltios ha necesitado una media de 6 horas y 10 minutos.

Ayudas a la conducción

Basta decir que toda la nueva gama Kuga viene de serie con todas las opciones de tecnologías, recursos y ayudas a la conducción que, en la práctica, tiene Ford disponibles a día de hoy. Y Ford es una de las compañías punteras en este ámbito en el escenario del automóvil. Para que esto no quede largo, citamos las más relevantes: asistente de mantenimiento en carril, alerta de presencia en ángulo ciego, detección, alerta y frenado activo ante detección de obstáculo o peatón en el frente, control de crucero inteligente, asistente de precolisión con frenada activa, frenada activa post colisión activo, Stop & Go, identificación de señales de velocidad y adecuación del vehículo a ellas, park assist 2 (todas las opciones de aparcamiento y salida posibles) y cámara posterior y delantera, entre otras. El sistema Copilot 360 aglutina las distintas tecnologías relacionadas con la conducción autónoma; en el caso del nuevo Kuga, es de grado 2. Por otra parte, tiene disponible My Key II, mediante la que es posible definir límites de velocidad y de ámbito geográfico de circulación, el volumen de la música, etc., ante el uso del vehículo por parte de otros conductores.

Todas estas tecnologías funcionan perfectamente, sin ningún error grave ni leve que reseñar. Nos han gustado especialmente el control de crucero predictivo (muy suave e inteligente), el asistente de mantenimiento en carril (preciso aunque las líneas del firme no estén lo suficientemente explícitas) y la identificación de señales de velocidad, que no se equivoca nunca, aunque nos ha resultado brusco el proceso de deceleración cuando, por ‘despiste’ circulamos a la velocidad inapropiada. Atención a su capacidad de autoaparcamiento: necesita poco más de dos palmos por delante y otros dos por detrás de espacio extra para ‘encajar’ por sí solo el vehículo.

Conectado

El nuevo Kuga PHEV integra un módem que, junto a una tarjeta SIM, le convierten en un coche 100% conectado. ¿Con qué fin? Por ejemplo, puede generar una señal WiFi para los ocupantes (hasta diez dispositivos), se comunica con servicios e infraestructuras exteriores para actualizar de manera permanente el estado del tráfico o conocer las plazas libres de los parking próximos, y puede realizar llamadas automáticas de emergencia en caso de accidente, transmitiendo la localización, el número de ocupantes y el tipo de motor.

A su vez, es posible comunicarse con el coche en modo remoto a través de un smartphone y la aplicación Ford Pass. A través de ella, puedes abrir/cerrar las puertas, regular la temperatura de su interior, programar la carga de la batería, definir rutas en el propio móvil para luego trasladarlas al navegador del vehículo y, por descontado, conocer la ubicación del mismo y sus niveles de carga eléctrica y de combustible más distinta información relacionada con el estado mecánico.

Especial mención merece la tecnología de Información de Alertas Locales. Consiste en que el conductor está permanente informado sobre circunstancias que se puede o se va a encontrar en su trayecto: obras viales, vehículos averiados, animales, peatones y objetos en la calzada, condiciones de conducción peligrosas, etc. Es una información muy valiosa que procede fundamentalmente de las autoridades locales, los servicios de emergencia y los datos de conducción de otros vehículos conectados a la nube.

Otro aspecto de conectividad se refiere a la interacción de los móviles y tablets de los ocupantes respecto al coche, con el fin de reproducir música procedente de ellos o gestionar distintas aplicaciones directamente en el panel principal del que luego hablaremos. En este sentido, el nuevo Kuga viene de serie con SYNC 3, que facilita dicho emparejamiento multi-dispositivo gracias, a su vez, a incluir los protocolos Apple CarPlay y Android Auto de serie. En el caso del primero, es posible realizar la asociación de manera inalámbrica, siendo precisa la conexión vía cable en móviles y tablets Android. Parte fundamental de SYNC 3 es la interacción mediante comandos de voz: hacer una llamada, reproducir desde una fuente, ir a un destino, que busque un punto de interés… Las posibilidades que abre está dinámica son enormes y el diálogo entre el usuario y el sistema está basado en un lenguaje 100% natural.

Head Up Display

No es un recurso informativo y de seguridad nuevo pero sí es noticia que el Kuga sea el primer SUV Ford de Europa equipado con él. En este caso, la proyección de los datos no se realiza sobre el parabrisas sino sobre una pantalla transparente abatible, con la posibilidad de personalizar el brillo, el contenido y la inclinación a capricho. Según Ford, el HUD del nuevo Kuga ofrece uno de los mayores campos de visión de cualquier pantalla head-up disponible en Europa. Es perfectamente legible incluso aunque el conductor lleve gafas polarizadas y la información que puede mostrar es bárbara: velocidad, reconocimiento de señales de tráfico, control de crucero, navegación, indicador de agarre, sistema de entretenimiento y notificaciones de emergencia; como decimos, puedes definir qué datos quieres que muestre.

Una sala de conciertos a bordo

La unidad que hemos probado equipaba un sistema de sonido Bang & Olufsen compuesto por diez altavoces, para un total de 575 w de potencia. Dispone de un subwoofer externo para los graves y tweeters en el salpicadero. Sin duda, este equipo está afinado de acuerdo con el habitáculo del nuevo Kuga porque la sensación de envolvencia que genera es impactante. Siempre que la fuente tenga una calidad a la altura (abstenerse canciones mp3 ‘exprimidas’), la experiencia sonora es extraordinaria.

Doble pantalla

Preside el salpicadero una gran pantalla de 8” que destaca por su resolución y nivel de detalle. Desde este panel se controlan prácticamente todas las variables en cuanto a conectividad, confort y entretenimiento. Funciona de manera ágil pero como Ford ha optado por una interfaz muy diferente a la de, por ejemplo, Android, sí necesita unas horas hasta cogerle el truco en cuanto a recordar dónde está cada aplicación, funcionalidad o detalle de personalización.

La segunda gran pantalla es la del cuadro de instrumentos; la de la unidad probada es la más avanzada, compuesta por un panel completamente digital de 12,3” con la tecnología Free Form. Esta se refiere a que ha sido posible diseñar su forma de acuerdo al hueco definido para ello y no al revés, lo que redunda en una excelente visibilidad, sin espacios inútiles. También destaca por su capacidad de reproducir una inmensa gama de colores, con unas imágenes e iconos de alta definición. Claro, es que es de 24 bits. En la siguiente galería puedes ver algunas de las posibilidades de grafismo que ofrece esta pantalla-panel de instrumentos.

Gadget opina

Más allá de gustos subjetivos en cuanto a su línea y diseño tanto interno como externo, no es discutible que Ford ha materializado en su nuevo Kuga una propuesta de vehículo plenamente moderno e innovador en formato SUV. Cuenta con todas las premisas de tecnología, conectividad y recursos y ayudas a la conducción (tanto para hacerla más confortable como segura) más actuales, propias de un automóvil muy avanzado. Con el detalle de que vienen de serie y sin que ello –en un nuestra opinión- dispare el precio. Evidentemente, hay detalles de otro tipo que necesitan pasar por caja, como el sistema de sonido B&O o el panel de instrumentos 100% digital. El primero es plenamente recomendable siempre que el presupuesto lo permita porque otorga un valor premium al coche. En cuanto al panel digital, nos hubiera gustado que el nivel de personalización de los contenidos fuera mayor; aunque puede mostrar mucha información, la presencia inevitable de los dos relojes a los lados puede resultar insatisfactoria.

Reiteramos nuestra agradable sorpresa por los registros de consumo de combustible teniendo en cuenta la capacidad y peso del coche, así como incidimos en que, aun siendo un PHEV, no es un coche exclusivo para un nicho de usuarios. Su versatilidad y practicidad para cualquier condición y necesidad de uso está fuera de toda duda.

En el plano de conectividad, nada que reprocharle. Todo es rápido y efectivo, con unas amplísimas posibilidades de comunicación y transmisión de información tanto dentro del habitáculo como hacia y desde el exterior.

Como sabe el lector, cuando analizamos un vehículo, Gadget se centra en sus facetas de tecnología, de acuerdo a nuestra filosofía de revista. Pero creemos oportuno en este caso destacar también el confort en marcha que genera el nuevo Kuga: cómodo y silencioso, produce la sensación de que, tanto para el conductor como para los acompañantes, el coche hace todo lo posible por protegerlos y hacerles los trayectos lo más placenteros posible.

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